domingo, 2 de diciembre de 2007

Ningún defecto corporal ni mental

Todos los teólogos musulmanes están de acuerdo con que los Profetas no tienen ningún defecto corporal o mental. Como ellos eran extraordinariamente atractivos en personalidad y conducta, también estaban llenos de gracia y eran encantadores en su aspecto externo. Su estructura corporal era perfecta además de ser guapos y bien formados.
Anas dice que el Mensajero de Allah era el más hermoso de los hombres. Yabir ibn Samura comenta: “Una vez durante la luna llena, nos sentamos en la mezquita. El Mensajero de Allah entró. Primero miré la luna brillante y luego su cara. Juro por Allah que su cara era más brillante que la luna”.[1]
Los Profetas deben estar libres de todos los defectos corporales, porque su apariencia no debe repeler a los demás. En la explicación de la sabiduría Divina sobre el Mensajero de Allah, quien vivió 63 años, Said Nursi escribió:
Los creyentes están obligados a amar y respetar al Mensajero de Allah en grado sumo, y seguir cada orden suya sin sentir aversión alguna por su aspecto. Por esta razón, Allah no permitió que él viviera hasta el período humillante y lleno de problemas propios de la vejez y le envió a la “morada más alta” cuando tenía 63 años. Este era el promedio de vida de los miembros de su comunidad, y así se convirtió en ejemplo en cuanto a esto se refiere.[2]

[1] Suyuti, Al-Khasa’is al-Kubra, 1:123; Hindi, Kanz al-Ummal, 7:168.

[2] Nursi, The Letters, 2:84-85.

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